martes, 12 de junio de 2012
Una Vida Conectada
Porque no existe límite entre el medio ambiente y el individuo, la sensación individualista que nos separa de todo el resto es una mera ilusión. No estamos nosotros acá, y allá, los demás y el medio ambiente. Es una concepción cultural, una ilusión cerebral. El aire no entiende de este limite, fluye de afuera hacia dentro pasando por todos los seres vivos ya que esas moléculas de aire son siempre las mismas, respiramos el aire que ya ha sido respirado por otros pulmones y tomamos el agua que ya ha sido bebida por otros seres. Para los elementos esenciales de la vida no hay barreras ni distinciones, se mueven en un fluido vivo que llamamos planeta Tierra. Cuando contaminamos el aire o el agua atentamos contra nuestra salud, cuando somos indiferentes con el sufrimiento de cualquier ser estamos siendo, en realidad, indiferentes con nosotros mismo. Al actuar cruel y egoístamente, primero, somos autodestructivos, nos negamos el derecho a vivir, a ser plenos y felices. Antes de ser destructivos, aceptamos el odiarnos a nosotros mismos y nos rotulamos como merecedores de una vida llena de sufrimiento. Si no amas al medio ambiente, si no amas a las demás personas ni a los demás animales, te odias a vos mismo. Amate.