jueves, 26 de julio de 2012
El Reino Apacible - Sobre los sentimientos de los animales de granja
Todos estamos rodeados de gente que pretende seguir con la idea de que los animales que matamos no sufren, desconocen su destino, no se enteran de nada. Gente que quiere creer que un animal es una cosa inanimada, insensible para desligarse de la responsabilidad y de las implicancias de su visión egoísta del mundo y su consumo irresponsable. Este documental es una oportunidad de educar a la gente que todavía no a conectado con el sufrimiento que generamos y con la crueldad con la que obramos. Incluso es una oportunidad para enseñarle a nuestros hijos a ser seres compasivos y a respetar la vida, cosa que redundará en un mondo mejor, con menos crueldad y menos egoísmo.
martes, 12 de junio de 2012
Una Vida Conectada
Porque no existe límite entre el medio ambiente y el individuo, la sensación individualista que nos separa de todo el resto es una mera ilusión. No estamos nosotros acá, y allá, los demás y el medio ambiente. Es una concepción cultural, una ilusión cerebral. El aire no entiende de este limite, fluye de afuera hacia dentro pasando por todos los seres vivos ya que esas moléculas de aire son siempre las mismas, respiramos el aire que ya ha sido respirado por otros pulmones y tomamos el agua que ya ha sido bebida por otros seres. Para los elementos esenciales de la vida no hay barreras ni distinciones, se mueven en un fluido vivo que llamamos planeta Tierra. Cuando contaminamos el aire o el agua atentamos contra nuestra salud, cuando somos indiferentes con el sufrimiento de cualquier ser estamos siendo, en realidad, indiferentes con nosotros mismo. Al actuar cruel y egoístamente, primero, somos autodestructivos, nos negamos el derecho a vivir, a ser plenos y felices. Antes de ser destructivos, aceptamos el odiarnos a nosotros mismos y nos rotulamos como merecedores de una vida llena de sufrimiento. Si no amas al medio ambiente, si no amas a las demás personas ni a los demás animales, te odias a vos mismo. Amate.
lunes, 7 de mayo de 2012
Devorar la Tierra
Suponiendo que en un año se desarrollo toda la vida que existe en la Tierra, toda su complejidad, toda su magnificencia, sólo en 2 segundos el humano ha conseguido ponerla de rodillas. Sin necesidad de comer carne hay 3 animales por cada persona y se utiliza el 70% de los granos cultivados para su alimentación. El ser humano a demostrado ser el mejor en crear sistemas totalmente antieconómicos, imposible de sustentar, de reciclaje cero, totalmente a contramano de lo que la naturaleza lleva a cavo con el resto de la vida. El humano se ha salido de este equilibrio y amenaza con destruirlo todo, inclusive a si mismo.
lunes, 23 de abril de 2012
miércoles, 18 de abril de 2012
Zoologicos – Una huella del siglo XIX
Solemos pensar que el zoológico es un buen paseo para llevar a nuestros hijos, enseñarles sobre la belleza de la vida y el amor a los animales. Que es una oportunidad de ver animales de otros continentes, sus hábitos, como viven. Pero, lamentablemente, sólo vemos ansias de libertad, conductas neuróticas, propias de la angustia de estar encerrados, depresión. Es una mala costumbre heredada de una cultura anticuada, cuando el Humano creía tener derecho a usar al resto de especies a su voluntad, cuando no se creía que los animales fuesen seres sintientes, cuando no existía la idea de un mundo finito ni de la necesidad de cuidar el planeta. Es un vestigio de tiempos lleno de crueldad, ideas expansionistas, discriminación, especismo y racismo. Estamos en el siglo XXI. Doscientos años después todavía nos quedan muchas cosas por cambiar. Pero no hay duda de cual es el rumbo. Respetar la vida, el hábitat y el desarrollo natural de todas las especies del planeta nos dará la posibilidad de respetarnos a nosotros mismos como especie, nuestro planeta y nuestro futuro.
domingo, 8 de abril de 2012
Complicidad de un holocausto.
Todos disfrutamos de la naturaleza. Cada uno a su manera, pero todos nos logramos conectar con la vida al ver un animal salvaje o un paisaje imponente o simplemente al ver un pequeño oasis de verde en el medio de una ciudad abarrotada de cemento. Hay una comunión entre lo más básico de nuestra biología y la naturaleza. Tal es así, que los publicistas utilizan a los animales y los espacios naturales para vender muchos productos ya que es conocida la atracción que tienen estos sobre nuestra atención. Incluso logramos conectarnos con animales de granja o con los animales del zoológico a pesar de las crueles implicancias en las vidas de estos animales. En realidad nos han dado todos los elementos para construir una fantasía y desconocer la realidad de una complicidad nuestra en actos de tremenda crueldad. Todos creemos que elegimos consumir productos de origen animal, pero para ello tenemos que negarnos y cegarnos, esforzándonos por desconocer la verdad. Es un acto en el que todos contribuimos y es sorprendente a que niveles se lo ha llevado. Recuerdo que cuando era chico me mandaron a una colonia de vacaciones que era una granja, yo la elegí ante las opciones de la colonia del club al que iba todos los años y esta. Me quedo grabado el contacto con la naturaleza, los animales de granja y la oportunidad de ordeñar una hermosa vaca que mansamente se dejaba tocar por las manos torpes y poco cuidadosas de un montón de niños sin el oficio necesario. Recuerdo ese verano por sobre los demás. Pero a pesar de esa conexión con estos animales no dejé de comer carne hasta después de muchos años. Yo sabía que comía animales que habían sido sacrificados para que yo los consuma. Y que eran esos mismos animales los que hubiese cuidado y acariciado como a una mascota de tener la oportunidad. Eran distintos pensamientos que jamás se encontraban o conectaban dentro de mi cerebro. Eran pensamientos separados como en dos cerebros diferentes. Y esto no sucedía sólo porque era un niño, ya que crecer no cambio esta gran contradicción en mi mente y aún la veo en miles de adultos amantes de los animales, que incluso rescatan animales heridos pero que aún así comen carne y creen que no existe una vida sin la carne. Si supieran que el veganismo no tiene contra ni prescripción y que tampoco es un sacrificio, es solo el miedo al cambio, a comprometerse por algo, lo que los paraliza. Pero volviendo al planteo anterior, lo que posibilita esta incongruencia en el sentir y el actuar es la gran cantidad de recursos que se utilizan para ocultar la realidad de las granjas, de los mataderos y de las distintas industrias, como la cosmética, que utilizan animales. Yo sé lo que es, lo he vivido en carne propia, el no querer abrir los ojos porque sabés que una vez que veas la realidad no vas a poder evitar el cambio. La verdad es que la ignorancia no te absuelve de tu complicidad. Y para el momento que te das cuenta de esto el cambio ya está dado, sólo tiene que materializarse. Todos deberíamos ver algún video donde muestre lo que sucede en los criaderos vacuno, porcino o aviar; como tratan a los animales en los laboratorios, perros, monos, conejos, ratones; las aberraciones que se hacen en las academias médicas, y ni hablar de las industrias de pieles donde es indescriptible las atrocidades que se llevan a cavo y el sufrimiento que se causa a animales moribundos. Entonces uno podría hacerse cargo y elegir si realmente quiere cargar con esa complicidad. Creo que todos tenemos la obligación moral de enterarnos de esas cosas. Al fin de cuentas toda esa crueldad es la misma con la que todas estas industrias tratan al ser humano. Te invitamos a que seas dueño de tu elección.
jueves, 12 de enero de 2012
Acumular hijos no es sustentable
Sin ánimo de atentar contra las libertades básicas como elegir cuántos hijos tener, parece necesario debatir sobre la gestación responsable, no sólo porque abunden las familias disfuncionales y/o fragmentadas, ni tampoco porque sea una realidad la falta de educación sexual entre adolescentes o porque abunden las zonas marginadas a las que nunca llega la cultura de uso y costumbre de métodos anticonceptivos; todos casos reales y cotidianos que al menos cada tanto consiguen ser debatidos o comentados entre nosotros. La necesidad primaria de avanzar en este tema tiene que ver con la sustentabilidad. Porque este planeta no tolera 7.000.000.000 de habitantes con una gran parte (si bien no son la mayoría) acostumbrada a consumir según lo determina el “mundo desarrollado”, superando en demasía lo necesario, y sustentado por la carencia de necesidades básicas de otros humanos, los cuales, postergados, ven como le saquean el agua potable, la tierra para cultivar alimentos y el fruto de su propio trabajo (e incluso el de sus hijos menores de edad) llegando a situaciones de inequidad inimaginables en las que todos somos cómplices. Este atentado contra el Planeta tiene muchas patas, por ejemplo el consumo irresponsable, el exceso del consumo de carne o las ambiciones desmedidas que sin ningún miramiento o interés usa y descarta vidas humanas y no humanas y destruye hábitats como en el caso de las minas de piedras preciosas u oro. Otra de sus patas, de las menos debatidas es el control natal. ¿Qué capacidad tiene el planeta? ¿Cuánto abuso más tolerará? ¿Hacemos algo para asegurar la subsistencia y el bienestar de nuestros hijos? Porque no alcanza sólo con educarlos, es vital que tomemos una actitud inteligente. Este documental plantea estas inquietudes. Es momento de empezar a considerarlo. Se lo debemos a nuestra descendencia.
sábado, 26 de noviembre de 2011
Homo Toxicus
Cual es el verdadero impacto de la vida moderna en nuestro cuerpo? Cuando uno intenta plantear tal duda a un amigo, te tratan de obsesivo, extremista, fanático. Pero la verdad que es fácil sentirse seguro cuando uno no sabe las reales consecuencias de nuestro modo de vida. Cuando consumimos algo, con suerte, nos preguntamos si nos hace bien o mal, y nos conformamos con el informe que nos brinda la empresa que lo fabrica, que obviamente dice que es inocuo. Pero el verdadero impacto comienza en el momento que se pone la planta para fabricar el producto en cuestión, el envase, el traslado, el desecho que genera, la combinación con otros productos de baja toxicidad y el nivel de periodicidad con la que ingerimos tales productos. La verdad es que estamos ciegos ante este tipo de información, por costumbre y porque la información escasea por fines comerciales. Cuantos cambios hemos generado en nuestro medio ambiente y en la vida de nuestra descendencia? Sólo el futuro lo dirá, salvo que tomemos una actitud activa frente a esta problemática.
martes, 2 de agosto de 2011
¿Sabemos qué comemos?
Sabés de dónde viene cada cosa que comés, cuánto sale traerla, si es realmente nutritiva, cómo la producen y/o procesan, que le agregan, en que condiciones llega a mi plato, etc. ¿Se puede tener un control de lo que comemos? ¿Nos cambia en algo la vida?
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